APTITUDES PARA IR A LA MONTAÑA
Aptitudes Morales
Imaginemonos a pensar del comportamiento de una atleta perezoso y sin entusiasmo, o de un muchacho lleno de empuje, energia pero irreflexivo.
Al lado de la capacidad fisica innata o adquirida las cualidades morales juegan un gran papel.
Un muchacho cuyas vacaciones se van a la Playa y disfrutan de los placeres faciles del baño y de los juegos playeros, estos muchachos produce una magnifica impresion en los Guias que han de seleccionarlos. Aqui todo es facil, ya que no se le exige ningun esfuerzo. Pero en la montaña donde los placeres exigen voluntad, iniciativa y tal vez espiritu de abnegacion es problable que estos mismos muchachos decepciones. Esta afirmación la hacemos aleccionados por la experiencia de las amargas decepciones que han experimentado algunos Guias en los ultimos años.
Las cualidades morales exigidas para poder recorrer la mediana y alta montaña son muy variadas. A menudo hace falta más coraje para recorrer con la mochila en la espalda los valles alejados, a merced tal vez de una gran tempestad imprevista, que para realizar un recorrido de alta montaña de unas cuantas horas de duración, pero con el tiempo seguro y a relativamente corta distancia del refugio.
La educación
¿Pueden verse a muchachos que recorren vastos y espléndidos espacios (lugares de accion, es cierto, pero tambien de meditacion) sean individuos groseros? Los Guias o encargados deberan de poner el maximo interes a fin de conservar un trato simple y correcto.
Igualdad de carácter
¿Pueden aceptarse los accesos de malhumor, y las rabietas que destruyen, en pocos instantes, la labor que un Jefe lleno de buena voluntad, ha conseguido después de muchos dís de paciencia, desveladas, ingeniosidad y diplomacia?
Un ejemplo para entender esto es el siguiente: En cierta ocacion, condujimos a un muchacho a la montaña, este es fuerte y valeroso, procedente de un equipo de basquetbol, pero tenia la mala costumbre de discutir las decisiones del árbitro, abandonando el campo y no compareciendo la proxima semana.
A pesar de todo esto, nos expusimos a llevarnoslo de excursion. Durante quince dias se comporto perfectamente. Durante, en el transcurso de una de nuestras salidas, bruscamente nos abandono, molestado por un corto ataque de lodo. Imaginemonos el disgusto del Jefe ante tal actitud, y la severidad de las medidas de seguiridad que debieron tomarse.
Es necesario, pues, que los responsables rechacen de forma categórica la participación, a los programas activos, de los muchachos de los cuales no pueden hacerse totalmente responsables. En las colonias o campamentos de vacaciones donde es imposible rechazarlos, será conveniente tener mucho cuidado con esos elementos. Deberan seleccionarse cuidadosamente los monitores, a fin de que se impongan totalmente a los rebeldes.
En la montaña, mejor que en otro sitio, la seguridad es Ley.
Coraje
Sólo existe una clase de coraje, sin el cual no es posible realizar nada. Es tan imprescindible para efectuar las pequeñas tareas cotidianas, tales como traer agua, lavar los platos, cocinar, ir por la leña, limpiar el campamento, etc..., como para las grandes marchas. La mejor medida del coraje la constituyen las peque&ntide;eces. Sólo son necesarias algunas horas para averiguar la profundidad del mismo. Son pruebas mucho más importantes y seguras los pequeños trabajos diarios, imprescindibles en un campamento, que el entusiasmo que precede a la partida hacia la conquista de un pico importante.
Este coraje tenaz y constante no convierte en superflua la bravura.
Un ejemplo claro para ver este tema es el siguiente: Conocimos a dos muchachos muy jovenes y grandes atletas, con condiciones el uno y el otro de efectuar grandes marchas y campamentos reservados a muchachos de mas edad. Sólo uno de ellos poseia la sangre fria necesaria para afrontar las sorpresas que reservaba la montaña. El otro, se asustaba facilmente. El simple silbido del viento durante la noche le hacia incapaz de salir de la tienda.
A partir de los quince años, la capacidad física; el entrenamiento, los gustos y los deseos de los muchachos, empujan a los Jefes hacia proyectos en los cuales es de temer lo imprevisto. Debe solucionarse, pues muy cuidadosamente a los candidatos. Si una tempestad desciende por debajo del cero... es necesario entonces tener todos los triunfos en la mano: excelente material, buena preparacion fisica, ningun error de apreciacion en la capacidad de cada temperamento y de cada edad. Pero, lo más importante es la aptitud para conservar la serenidad y el necesario dominio de sí mismo que finalmente, garantizaran la seguiridad de todos.
Abnegación
Puede considerarse la hermana gemela del coraje.
Si ante un camarada en peligro, no debemos dudar en arriesgar nuestra vida para ayudarle, tampoco debemos permanecer egoísticamente inactivos cuando se trata de cargar con su mochila si etá fatigado. La montaña es una escuela de camaradería; en cada momento surgen pequeños incidentes que ponen a prueba el espiritu de abnegación y sacrificio.
No hay duda de que corresponde a los dirigentes el tomar personalmente las iniciativas más graves y encargarse de trabajos mas penosos y peligrosos, pero deben dejar para los más jóvenes el mérito y la tarea de ayudar a sus camaradas siempre que este servicio no signifique un peligro cierto o un sacrificio inútil.
Esta maravillosa cualidad que es la abnegación, tan natural en los jovenes, jamás debe contradecirse, a menos que sea absolutamente necesario. Por el contrario, deberá alentarse discretamente.
El entusiasmo
Más de cualquier otra region geografica, la montaña exige que se la aborde con entusiasmo. Es conveniente antes de partir a la montaña, y principalmente los muchachos que deben desarrollar una importante actividad en la montaña que sean debidamente informados sobre la tarea que van a emprender. Es necesario decirles lo que se espera de ellos, haciéndoles comprender que tendran que realizar grandes esfuerzos, explicarles en qué condiciones se desenvolverán: sol, mal tiempo, número de horas de marcha, peso de las mochilas, si pernoctarán en un campamento o en un refugio, explicarles un poco el proposito de la excursion. En resumen: no se les debe esconder nada, ya que ellos son los que tienen que estar de acuerdo con el plan planeado.
Esta franqueza siempre es muy útil, y en muchas ocasiones ciertos muchachos nos han hecho preguntas complementarias, pidiéndonos incluso la organizacion de una salida semejante en el llano, u otro lugar.
Siempre que sea posible, traten de organizar una salida equivalente a una jornada del programa de montaña. De esta forma los futuros montañeros sabrán a qué atenerse y a que se deben enfrentarse, aprovechandose al mismo tiempo de un juicioso entrenamiento.
Mediante esta experiencia descubriremos los entusiasmos que flaquean y los espiritus deportivos todavia no revelados. El esfuerzo debe normalmente estimular a un muchacho; son pocos los jovenes que hoy en dia rechazan el deporte, cuendo éste está razonablemente calculado.
Debe tenerse en cuenta que cambiar, llevar una mochila y escalar exige mucho entrenamiento y voluntad, no pudiendo practicarse a disgusto, por esta razon uno tiene que animar constantemente a los muchachos, e insipar confianza, y asi podremos estar siempre con el entusiasmo en alto.
Espíritu de sacrificio
En la montaña, el espíritu de sacrificio consiste en que cada uno de los miembros de un grupo se imponga una servitud, por el bien del equipo, hacia los restantes compañeros. A veces puede significar la aceptación de un trabajo ingrato, o la renuncia a un proyecto.
Para entender mejor esto, le explicare con un ejemplo:
Un dia, en una vacaciones de verano unos jovenes se estaban proponiendo la conquista de un "tres mil" (el primero para todos los del equipo). Dos dias antes de la partida, uno de nuestros amigos cayó enfermo; unas anginas le obligaron a quedarse en casa. Ahora tan solo quedamos 7, pero la asencion no podia esperar mas, ya que todos estabamos muy ansiosos de dicha asencion. Por otra parte no era necesario que nos quedaramos todos velando a nuestro amigo enfermo. Decidi, pues, no privar a los demas de la ascension proyectada, ya que por estar casi totalmente agotados los dias de que disponiamos nos era imposible aplazarla. Fue necesario, pues -ingrata tarea- designar dos muchachos para que acompañaran al infortunado enfermo. En eso utilice el procedimiento de que dos voluntario levantaran la mano para ir, todos levantaron la mano, a pesar de la desagradable tarea y la privacion que esto significaba para cada uno de ellos. La suerte finalmente señalo a los dos que tenian que quedarse.
Más tarde, jamas se pronuncio ningun desacuerdo. A nuestro regreso de la conquista del "tres mil", convinimos es que quitariamos importancia a la excursion realizada, disminuyendo el interes de la misma. Nuestros compañeros que se quedaron pensaron que no perdieron de nada importante; pero a pesar de ello no se engañaron, ya que la satisfaccion se traslucía claramente en los ojos de los felices elegidos.
Existe también el abuso de este espíritu de sacrifico. Algunos desean que se les tomen por víctimas perpetuas. Otros intentan esconder con la capa de esta virtud su falta de entusiasmo y de coraje, aprovechándose a menudo de la ausencia de los jefes para no dar golpe. Estos últimos deberán hacer lo posible para evitar que tal cosa suceda.
Debemos ser justos. Admitamos que uno de los muchachos tiene ampollas en los pies. Es del todo evidente que, incluso no queriendo quedarse en el campamento voluntariamente, debe obligársele a permanecer en él. No existe ninguna razón para que sea un estorbo en el grupo que sale de excursión y prive de la misma a uno de sus camaradas válidos; él debe quedarse. En estos casos debe actuarse con circunspección, justicia y lealtad.
Esp&iuacute;ritu de disciplina
Es una cualidad derivada del buen carácter y de una buena dosis de intrepidez. El aspirante que posea en cantidad apreciable las cualidades citadas no creará ningún problema de disciplina. Sin embargo, es necesario asegurarse antes de iniciar una salida. Si se han proyectado unas largas excursiones, campamentos y principalmente si hay intención de iniciar a la alta montaña a jóvenes de edades comprendidas entre 17 y 18 años deberá tenerse la seguridad de que jamás se producirá una discusión, una negativa a obedecer o una aceptación a regañadientes... que puedan originar serios contratiempos y hasta accidentes.
El equilibrio mental
A pesar de que puede tratarse de un problema patológico, conviene clasificar el equilibrio mental entre las cualidades morales del individuo; y ello, por el hecho de que las condiciones morales preceden a las consecuencias fisicas.
Es imposible en un grupo destinado a realizar largas marchas, a vivir y a acampar en comun, admitir la presencia de un muchacho que presente sintomas de sobreexcitación nerviosa o de exaltación exagerada... En la montaña, la hermandad entre los miembros de un grupo es primordial, siéndolo también la homogeneidad espiritual. El programa propuesto, el entusiasmo, el ambiente del equipo y su seguridad exigen una gran comprension mutua entre todos sus miembros, conjuntamente con una perfecta armonia moral. Imaginemonos a un muchacho que durante una excursion a 2500 metros de altitud, se le ocurra separarse del grupo, sin avisar a nadie, y aparte el solo escala una pared lejana e inaccesible asi como peligrosa; o que en plena noche se le ocurre dedicarse a alguna de sus aficiones. Se tiene que rechazar, pues, energicamente, a todos esos muchachos mas o menos desequilibrados. El clima de la montaña es cierto que le sería beneficioso, pero en un valle y en el seno de una colonia de vacaciones o de reposo, en las cuales la vigilancia es estricta y convenientemente organizada. Es conveniente no querer sustituir nunca al personal especilizado. Con tan solo pensar en los riesgos y también en el espectáculo lamentable o penible al que los otros jóvenes podrían encontrarse enfrentados.
Tambien se tienen que apartar a los muchachos que puedan ser presentados como neurasténicos.
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"Ultima Modificacion el
30 de Octubre de 1997"
© José Oviedo Uribe, 1998